El efecto Joule es otro de los términos que reflejan la relación que hay entre la corriente eléctrica, el calor y los conductores. El nombre de esta ley procede del físico James Joule y hoy en día tiene diferentes aplicaciones en aparatos eléctricos de uso doméstico.
La ley de Joule es una fórmula que relaciona la cantidad de calor que se crea en un conductor de resistencia en el momento en el que una corriente pasa a través de él. En este caso esa cantidad de calor se representa con el símbolo (Q), al conductor de resistencia con la abreviatura (R) y al espacio de tiempo en el que circula ese calor con el símbolo (t).
En lo que respecta al calor es proporcional a tres elementos que están presentes en esta fórmula. Uno de ellos es el cuadro de corriente, otro la resistencia del conductor y finalmente, aparece el tiempo en el que la corriente circula por el conductor.
La existencia de la Ley de Joule se manifiesta cuando se genera una energía térmica a causa del movimiento de la corriente a través de un conductor. El efecto que provoca ese calor depende de la resistencia del conductor, que cuanto es más alta, más calor produce. También se produce más calor cuanto más tiempo fluye la corriente y cuanto mayor es la intensidad de la misma.
La fórmula más utilizada de la ley de Joule es muy sencilla:
Q = I² · R · t
Donde Q es el calor generado (la energía térmica que se transforma en el conductor), I es la intensidad de la corriente eléctrica, R la resistencia del material y t el tiempo durante el que circula la corriente. A mayor intensidad, resistencia o tiempo, más calor se produce en forma de energía térmica.
También puedes expresarla a partir de la potencia eléctrica:
Q = P · t, sabiendo que P = V · I o que P = I² · R.
De esta forma ves cómo la ley de Joule conecta directamente el calor generado con la energía que consume cualquier circuito o aparato eléctrico en tu casa.
Actualmente, la Ley de Joule está presente en el funcionamiento de muchos aparatos eléctricos que se usan diariamente. Entre ellos aparecen el calentador de agua, el foco incandescente que sirve para generar luz, los fusibles que se derriten cuando la intensidad de la corriente llega a cierto límite o las planchas y las cocinas eléctricas.
La ley de Joule te indica, en la práctica, cuánto calor va a producir un conductor cuando por él circula corriente eléctrica. Es la forma de cuantificar esa energía térmica que notas, por ejemplo, en una resistencia de un calefactor, en la placa eléctrica o en el filamento de una bombilla tradicional cuando se calienta.
Gracias a esta ley entiendes que el efecto calorífico de la corriente depende de tres factores clave: la intensidad que pasa por el circuito, la resistencia del material y el tiempo durante el que lo hace. Por eso, cuando trabajas con electricidad, es tan importante dominar bien la relación entre potencia, voltaje e intensidad: de ese equilibrio depende que un aparato funcione bien, sea eficiente y no se caliente en exceso ni suponga un riesgo para la instalación.
